Somos los últimos: The Last of Us

Despiertas y te encuentras acostado en el sofa de una casa abandonada, levantas la cabeza y ves a tu acompañante haciendo guardia en la ventana del frente y ella voltea para darte una mirada indicando que, por los momentos, no hay peligro inminente. Te levantas e inmediatamente haces inventario de todos tus recursos: agua, comida, gasas para vendas, alcohol para desinfectar, hojillas para navajas improvisadas, y finalmente cuentas las balas que te quedan, pensando por cuanto tiempo podrás sobrevivir con lo que tienes.
Ese es el mundo en “The Last of Us”. Un juego de PS3/PS4 donde tomas control de Joel, un superviviente a una crisis de salud mundial, donde un misterioso organismo infecta a sus víctimas convirtiéndolos en zombies mutantes. Hasta allí voy a dejar el trasfondo porque las razones de cómo o por qué no importan, la realidad es que ya ocurrió y no hay nada mas que hacer, también porque no dicen más que eso. El juego cuenta la historia de Joel y Ellie. Él, un padre soltero de Austin, Texas que pierde a su hija la noche del evento que cambiaría el curso de la humanidad. Veinte años después conoce a Ellie, una niña muy parecida a su hija, bajo circunstancias que no contaré para no “spoilear” el juego. Lo que sí les voy a decir es que tienen que viajar desde Boston hasta un centro médico en Salt Lake City donde… mejor no digo más para que disfruten el juego.
El género de “horror/supervivencia” no es nada nuevo, empezó con clásicos como Resident Evil y Silent Hill, pero a diferencia de otros juegos de este estilo, donde matar y escapar de zombies era la misión, en The Last of Us lo importante es cómo lo haces. Tu supervivencia y la de Ellie, depende principalmente en el manejo de tus recursos. Lo que consigues en tu entorno influye en todo, por ejemplo decidir si usar el alcohol para hacer vendas o una bomba molotov, guardar las gasas para hacer navajas o usar las hojillas para otra cosa, son algunas de las desiciones que tienes que hacer. Pero más importante aún, los recursos, o falta de estos, dictan cómo te comportas en el juego, ¿tienes suficiente municiones para enfrentar a tus enemigos directamente? ¿O es mejor buscar una forma de pasar desapercibidos? Claro, al final la decisión es tuya, puedes lanzarte directo contra la amenaza zombie o puedes hacerlo de forma reservada, que para mi es como los creadores diseñaron el juego.
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La producción y diseño de este video juego es tan bueno que hay un momento en donde dejas de jugar y estas en ese mundo post-apocalíptico. Los gráficos, el sonido, la historia, los personajes te envuelven de tal forma que dejas de ser un jugador y te conviertes en Joel, una vez Adriana me pregunto que con quien hablaba y era que estaba diciéndole algo a Ellie, ese es el nivel de inmersión. Muchos dirán que soy extraño o excéntrico, pero siempre me ha fascinado la idea de cómo sería si fuésemos las últimas personas en el mundo. El cómo o por qué no me interesan, lo que me llama la atención es que lo pasa después. The Last of Us es como un simulador de esto. Sí, es un poco macabro, pero hay algo que me atrae la idea de ser los últimos en el mundo sobreviviendo en un espacio urbano abandonado, quizás sin amenazas zombies, ni ataques mutantes. Espero que nunca suceda, pero igual me llama mucho la atención. Si eres un weirdo como yo y siempre has querido saber cómo sería ser las ultimas personas en el mundo, les recomiendo este juego. Es la forma perfecta de tener esa experiencia sin temor a ser ingerido por un zombie mutante.
The Last of Us esta disponible para PS3 y PS4 con una version Remastered. Hay además una expansión, The Last of Us: Left Behind, donde relata lo que ocurre entre Ellie y Riley antes y durante la historia principal.
Nota: si, ya sé que The Last of Us es un juego del 2013 y seguramente hay miles de reseñas ya. Pero es tan bueno que vale la pena hablar de él.

Chiyin Ng y Adriana Aldrey-NG

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