King Richard de Reinaldo Marcus Green: Will Smith y lo inevitable 

En King Richard, Will Smith toma lo mejor de todos los matices y construye un personaje que quizás, sea el que finalmente, le brinde la oportunidad de obtener el ansiado Oscar que ha intentado lograr por años.

King Richard de Reinaldo Marcus Green, es un extraño biopic que narra la vida de Richard Williams desde un incómodo punto de vista. ¿Es el padre y artífice del éxito de las célebres Serena y Venus Williams un tirano, un bravucón o el rostro visible del poderoso intento por alcanzar un tipo de éxito extraordinario? Will Smith toma lo mejor de todos los matices y construye un personaje que quizás, sea el que finalmente, le brinde la oportunidad de obtener el ansiado Oscar que ha intentado lograr por años. 

A Richard Williams le rodean los rumores. Algunos enaltecedores, como su esfuerzo, amor y dedicación a la carrera de las mundialmente famosas tenistas Serena y Venus. Otros, no tanto, como el hecho que la mayoría de las veces, el padre y representante de dos de las deportistas más exitosas de todos los tiempos es un tirano con tintes violentos. Tanto, como para disponer de las vidas de sus hijas incluso antes de nacimiento. De un tenor tan inquietante, como para convertirse en una presencia inclasificable en la atención pública mundial. 

King Richard de Reinaldo Marcus Green intenta dirimir de una vez por todas, la figura de Williams de cara al público. Una empresa complicada, cuando el productor del film no es otro que el propio Williams y además, el guion recibió presiones familiares y de varios ámbitos del deporte blanco antes de llegar a la pantalla grande y chica. No obstante, lo que sí logra el director, es brindar la oportunidad a Will Smith de finalmente, encontrar un papel en que logra crear una versión extraordinaria sobre el bien y el mal moral, el poder y el miedo. Todo desde la figura de un monumental villano de opereta, en ocasiones blando y acorralado por sus errores. En otra, convertido en una criatura cruel y violenta, capaz de atemorizar incluso a su propia familia. 

El Williams encarnado por Smith, es un déspota de salón que se escuda bajo el amor familiar para crear una reflexión profunda y peculiar sobre la voluntad, el esfuerzo y el poder. Lo hace además, sin olvidar el tema del racismo, la percepción sobre el dolor y la tenacidad. La combinación, obliga al actor a llegar a límites desconocidos de su registro y encontrar lo mejor de un personaje desagradable. Will Smith, que suele ser una figura benévola y amable, se transforma en King Richard de Reinaldo Marcus Green en un monstruo sonriente en ocasiones, tan temible como seductor.

A la búsqueda del éxito 

Desde hace casi dos décadas, Will Smith se propuso ganar un premio Oscar. O esa parece ser su intención, con una serie de papeles enfocados en el drama y que se alejaban de su habitual imagen como héroe pop. No obstante, la estrategia tuvo resultados mixtos. El actor ha pasado buena parte de los últimos años, en medio de desastres de taquilla y de crítica.

A pesar que varias de sus actuaciones le valieron reconocimiento, Smith todavía se encuentra en un punto incómodo de su carrera; todavía no ha logrado la definitiva consagración que aspira y no obstante su popularidad, varios de sus desastres taquilleros han puesto en entredicho su carrera. Uno lo suficientemente incierto como para que King Richard de Reinaldo Marcus Green, sea una apuesta arriesgada.

No obstante, Smith demuestra (de nuevo) que puede no sólo enfrentar papeles complejos, sino que lo hace con soltura. En esta ocasión, encarnar a Richard Williams, padre de las tenistas de las reconocidas Serena y Venus, ha supuesto un reto que logra enfrentar con soltura. En especial, cuando debe enfrentar detrás de cámara el casi completo control del verdadero Richard en producción. ¿Puede un biopic cinematográfico retratar un personaje que además, puede influir sobre lo que se mostrará en pantalla?; ¿qué tanta libertad tuvo Smith para crear un retrato realista de un personaje controvertido?

El film, que mezcla de manera un tanto irregular el género deportivo y el biopic en estado puro, se enfrenta además un guion desigual. Uno que resalta el comportamiento casi tiránico de William y que, a la vez, le justifica. Smith parece dividido entre la posibilidad de mostrar una actuación intuitiva o solo obedecer las restricciones de un papel hecho a su medida. Pero aun así logra una actuación impecable de varias dimensiones y una cuidada percepción sobre un mundo interior complejo.

Entre ambas cosas, es evidente que el actor logra superar la barrera de lo obvio. Richard Williams es un personaje con una conducta objetable y que, de hecho, se encuentra en mitad de un constante cuestionamiento público. Pero la película y la actuación de Smith está más interesada en reflexionar sobre su comportamiento que en mostrar su reverso oscuro. Aun así, Smith es un Williams enfurecido, pendenciero y obsesionado con el triunfo. Y el actor lo muestra con una crudeza que roza lo incómodo más de una vez.

La estrella que no sabe ser otra cosa

Will Smith, con dos nominaciones al Oscar a cuesta, tiene un amplio espectro para el drama. También, ha brindado una curiosa percepción sobre personajes con mundos interiores cuestionables. Su Ali en la película del mismo nombre de Michael Mann, es una extraordinaria desconstrucción del ídolo.

En King Richard, el actor tuvo la oportunidad de hacer algo parecido y lo hace. Incluso, llevarlo a un nuevo extremo y profundizar en el cariz de un hombre afroamericano triunfador y señalado. Smith, que suele lidiar con agilidad e inteligencia con el racismo, transforma a William en una consciencia bravucona. También, en un hombre iracundo que no tiene verdadero sentido sobre su extraña visión del triunfo. Para su último tramo — el más emocionante y también amargo — la película debe de toda la potencia de Smith. También, de su habilidad de relatar una historia de interés sobre una figura actual y controvertida.

Williams, que admitió haber decidido la vida de sus hijas antes de su nacimiento, parece haber hecho lo mismo con la actuación Smith en el film. A pesar de eso, el actor logra por momentos liberarse de la presión y crear algo brillante. Y son esos momentos, lo que quizás le brinden el anhelado reconocimiento que busca. Una vuelta de tuerca mucho más interesante que la película que protagoniza.

Aglaia Berlutti

Aglaia Berlutti es abogada, fotógrafa y escritora, ha dedicado buena parte de su trabajo profesional en ambas disciplinas a la profundizar en la iconografía femenina, con especial énfasis en la mujer que crea y la divinidad femenina. Actualmente se desempeña como profesora de Autorretrato, fotografía en Film e historia de la fotografía en Venezuela en la Escuela Foto Arte, fotógrafa independiente y editora en la revista dedicada a la temática del horror Penumbria de México.

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