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Ciudades inteligentes, edificios inteligentes o ¿gente inteligente?

En ésta entrega, la arquitecto Hortensia Pérez Machado nos habla de los edificios inteligentes, cómo funcionan, qué los hace inteligentes y además nos habla de la gente inteligente que hace edificios y ciudades que trascienden lo digital y permanecen en el tiempo.

Vamos a revisar primero que es un edificio inteligente, para ello necesitamos conocer de los dispositivos que se conjugan en esa inteligencia.

No es solo que el edificio esté computarizado y la red llegue a todas sus áreas, ya sea que hablemos de un edificio de oficinas, una industria o una vivienda, hoy por hoy cualquier edificio puede en su sistema de servicios incluir eso que se llama voz y data, permitiendo que, a parte de las redes de aguas blancas, aguas negras, electricidad, gas o mecánicas el edificio tenga una red de comunicaciones (que por ejemplo otrora aquí en Venezuela manejaba la empresa estatal, luego privada y luego de nuevo estatal de teléfonos, CANTV), pero también esas comunicaciones pueden ser internas y exclusivas para el edificio sin tener necesariamente que utilizar CANTV que en realidad ya no une ni a la gente ni a los edificios, ni a las ciudades de este país pero esa es otra historia en la que nos detendremos más adelante («CANTV une a la gente» era el slogan más famoso de esa empresa).

Hay un dispositivo básico y esencial para el funcionamiento de un edificio inteligente: el sensor. El sensor es como la dendrita, esa prolongación ramificada de cada una de nuestras células nerviosas, mediante la que ésta recibe estímulos externos, porque así como nuestro sistema nervioso nos permite conectarnos con el mundo exterior y sentirlo con nuestros cinco sentidos principales, los sensores distribuidos y conectados por distintos sistemas de la edificación envían información a esas computadoras que forman el cerebro del edificio.

Al revisar lo que puede hacer un edificio inteligente vemos que puede ver, oír, oler y sentir, dejando de lado el gusto porque puede resultar extraño eso de que un edificio saboree, aunque habrá que preguntarle a la Nestlé o a la Polar si sus industrias tienen ya esa capacidad incorporada a sus edificios, (probablemente sí, ya que de la nariz electrónica a la lengua electrónica solo debe haber un paso, el asunto es como aplicar el gusto a una edificación.)

Si un edificio se comunica con su entorno ¿cómo lo hace y para qué sirve esa comunicación?

Shutterstock 1820093804 by James Teohart https://www.shutterstock.com/es/g/jamesteohart
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Un edificio inteligente contiene una serie de sistemas con sensores que envían información a un cerebro, a una computadora, permitiendo controlarse internamente, monitorear sus instalaciones para la prevención de posibles problemas técnicos y también mantener condiciones de confort para los usuarios y comunicarse con ellos.

Esto básicamente se lleva a cabo mediante la digitalización de los procesos de la edificación, ya sea una vivienda, un edificio de oficinas, una fábrica, una escuela, un aeropuerto, un supermercado, etc. Podemos aplicar la inteligencia artificial a cualquier tipología arquitectónica logrando una mayor eficiencia energética, liberando nuestro tiempo de supervisión y dedicación ya que la computarización recoge los datos y nos los transmite de una forma más puntual, es decir nos que avisa para que vayamos concretamente a resolver situaciones específicas en la edificación. 

Un edificio inteligente es el que se autogestiona, lo que quiere decir que dependiendo de la información que recoge de sus procesos internos actúa en consecuencia para corregir fallas, regular procesos o prestar atención a los usuarios mediante una aplicación de sus teléfonos celulares y saber si necesitan asistencia técnica o incluso médica o si simplemente necesitan ubicar un puesto de estacionamiento.

Por ejemplo, si un edificio de oficinas se encuentra lleno de personas durante sus horas activas y estamos en un clima tropical como Panamá o Venezuela, el cerebro del edificio controlará el confort térmico aumentando la eficiencia del aire acondicionado y al pasar a las horas en que el edificio baja la intensidad del personal y del público pues bajará la intensidad del aire acondicionado. Así como se controla este proceso, la inteligencia artificial controlará todos los procesos asociados a ella en el edificio, incluso puede monitorear sus materiales y detectar fallas inesperadas.

Hay algo importante que creo necesario destacar y es que para que exista la inteligencia artificial se requiere de energía eléctrica, una eficiente, estable y económicamente asequible energía eléctrica.

Antes de los años 70 del siglo XX, un edificio resultaba tan inteligente como lo fueran sus arquitectos, ingenieros y todos los involucrados en su desarrollo. Las partes de un edificio, sus espacios, su estructura, sus instalaciones, sus materiales y en general su apariencia dependía de las buenas o malas decisiones que se tomaran al diseñarlo y construirlo. 

Hay una poesía en el Partenón o en el Coliseo Romano que nos habla del dominio de la geometría, la proporción, el manejo genial de la estructura y de los materiales para generar espacios únicos y maravillosos. Llevan allí siglos pese a explosiones y abandono quedando a la visita un tanto indolente de miles de turistas. Incólumes en su belleza, no puedo evitar la comparación entre tanto edificio antiguo – no inteligente o analógico – pero hermoso que hay que cuidar, mantener y proteger frente a esos monstruos contemporáneos – inteligentes o digitales – increíbles y poderosos que no solo se cuidan solos, sino que además nos cuidan haciéndonos una sociedad un tanto alienada e inútil, al menos en los términos de lo que fue la sociedad moderna y no ésta posmoderna en la que vivimos ahora.

No quiere decir que estoy en contra de la digitalización en ninguno de los aspectos de nuestra vida contemporánea, por el contrario, valoro los innumerables beneficios que nos brinda, sin embargo, es necesario que tengamos conciencia de ese nuevo sistema en el que ahora nos sumergimos para que no nos pase como en esas novelas o películas de ciencia ficción donde las máquinas terminan por controlarlo todo, incluso a los seres humanos: 2011 Odisea del espacio, Terminator y Wall-E, son los ejemplos que ahora se me vienen a la mente, pero hay más. 

Un edificio protector.

Un edificio inteligente debe ser un edificio protector, permite ahorrar energía en la edificación, lo que lo hace sostenible y minimiza los daños al medio ambiente, promoviendo una calidad de vida mejor para su entorno, ya sean edificios, naturaleza o personas con los que interactúe, por lo tanto, un edificio inteligente debe mejorar la seguridad de sus usuarios e incluso contribuir a mejorar su salud.

En plena pandemia de 2020 se inauguró el Cube Berlín un edificio considerado de los más inteligentes de Europa, sus cuatro fachadas de vidrio están fragmentadas geométricamente en triángulos que interactúan con su entorno mediante sensores que envían la información ambiental al cerebro del edificio. Fue proyectado por la compañía danesa 3XN.

Del año 2005 está el Manitoba Hydro de la compañía KPMB Architects, situado en Canadá y padeciendo un clima extremo por las bajas temperaturas, este edificio tiene una de las eficiencias ambientales más altas del mundo utilizando aire fresco las 24 horas del día.

El Edge de Ámsterdam desarrollado para la compañía OVG Real Estate, está considerado dentro de los cinco más inteligentes del mundo ya que genera su propia energía mediante paneles solares, esto lo hace de los más sostenibles. El Edge se conecta con cada uno de sus empleados constantemente incluso estando fuera del edificio, monitorea sus estados físicos, reconoce sus automóviles, controla el ambiente del interior mediante sensores que miden temperatura e iluminación, no hay oficinas tipo, ni espacios asignados sino que los trabajadores tienen movilidad para escoger donde reunirse y trabajar, ajustando su confort térmico y lumínico, igualmente tiene un sistema de recolección de aguas de lluvia que se utilizan para el sistema sanitario y de jardines. Este edificio tiene 28.000 sensores.

Foto: Shutterstock, Hollandphoto.com https://www.shutterstock.com/es/g/www.hollandfoto.net
Edge Building, Amsterdam. Foto: Shutterstock, Hollandphoto.com https://www.shutterstock.com/es/g/www.hollandfoto.net

En Latinoamérica se encuentra el Pacific Center, en Ciudad de Panamá, se integra a la sustentabilidad ahorrando en electricidad y en agua alrededor de 35 a 40% y aunque esto no es mucho comparado con los ejemplos anteriores hay que apuntar que la construcción de este complejo arquitectónico que contiene comercios, un hospital, un centro cultural, hotel y oficinas, alcanzó a reducir 75% de los desechos de construcción, optimizó los procesos para generar la menor cantidad de escombros posible.

Por otro lado, están los edificios chinos con sus megas estructuras llenas de paneles fotovoltaicos como el Sun Moon Mansion o la Pearl River Tower un edificio pensado desde su diseño para que su estructura genere energía.

En U.S.A. existen muchos edificios inteligentes, pero solo nombraré aquí dos: el complejo Apple Park en California, diseñado por Norman Foster cuyo edificio es un gran anillo que contiene el centro verde y a su vez está implantado en una gran zona verde, un parque en donde los empleados pueden practicar senderismo, trotar y disfrutar de la naturaleza. Este edificio usa concreto de última tecnología autocompactante y el techo está forrado con paneles solares que producen el 75% de la energía, el restante 25% la generan también en Apple Park haciendo que sea totalmente autosustentable.

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Shutterstock 2181291603, Lebid Volodymyr https://www.shutterstock.com/es/g/Lebid+Volodymyr

El otro edificio que nombraré es el One Bryant Park, la torre del Bank of America en la ciudad de New York, este rascacielos posee una certificación LEED Platinum, es un edificio con monitores para medir el CO2, la iluminación es LED, el edificio produce su propia energía limpia y sostenible a través de una planta que produce 4,6 megavatios.

Hablar de edificios inteligentes en Venezuela y específicamente en Caracas es una ironía, por decir lo menos ante una situación como la que vivimos aquí día a día con fallas de electricidad y una internet inestable o inexistente.

Investigando solo se registran dos edificios inteligentes en Venezuela y los dos están en Caracas, no se si esos datos estén actualizados o si se hayan construidos otros edificios inteligentes en otras ciudades del país o en la misma Caracas.

De los dos edificios registrados como inteligentes hay poca información, uno ubicado al inicio de la avenida principal de Maripérez, frente al paseo Colón, es el edificio del Consejo Nacional Electoral CNE, que en principio fue sede de las oficinas Caracas Teleport. Diseñado por los arquitectos Alfredo Sucre y José Miguel Galia con una volumetría insólita, entra en funcionamiento en 1998 con tecnología de última generación con su propia red de internet y fibra óptica, además de un sistema especial de energía eléctrica para el manejo de UPS. En el año 2000 la World Teleport Association le dio una certificación como edificio inteligente, por manejar cuatro tecnologías de enlace y transmisión de datos ISDN (red digital de transmisión de datos); IP (dirección de protocolo de internet); V.35 (interfaz serial de alta velocidad); y Satelital. Viendo esto no es difícil entender porque el gobierno compró el edificio.

El otro edificio es Ciudad Banesco del año 2000 diseñado por la arquitecto Haydee Araujo. Ubicado en la avenida principal de Colinas de Bello Monte, frente al rio Guaire y la autopista que hasta el año pasado se llamó Francisco Fajardo. Hace décadas estuvo en este lugar una tienda por departamentos que primero fue Sears y luego Maxy’s. Es importante este dato porque Ciudad Banesco reutiliza estas instalaciones y desarrolla el concepto del ‘work space parecido al manejo del espacio del Edge de Ámsterdam, mediante un vacío central con iluminación cenital. El edificio dispone de un piso técnico en el que se encuentran las instalaciones de electricidad, voz y data, este concepto permite la libre modificación de las oficinas en el momento que sea necesario, también cuenta con sistemas digitales que permiten un control de los aires acondicionados, temperatura, vigilancia, escaleras y ascensores. La fachada del edificio con cristales antirreflejos frena el paso de los rayos ultravioletas y mejora las condiciones de confort internamente, mientras externamente evita el daño a la vegetación.

Antes…otrora, en tiempos pasados arquitectos inteligentes hacían edificios que …digamos eran analógicos, ahora los edificios son digitales.

Gente inteligente hace edificios y ciudades inteligentes más allá de lo digital y ahí radica el problema al que nos enfrentamos aquí porque por lo pronto nuestros edificios se sostienen como pueden, el mantenimiento es difícil de ejecutar, unas veces por costoso y otras por desidia como lo evidencia una cantidad importante de edificios abandonados a su suerte. Los que siguen en pie tienen mucho que agradecer a sus arquitectos, ingenieros y trabajadores de la construcción que hicieron su trabajo bien.

¿Es posible transformar un edificio analógico en uno digital y hacerlo inteligente? Por supuesto que sí, pero para eso hace falta la voluntad de gente inteligente.

En Venezuela las ciudades y sus edificios tienen la inteligencia del que lucha por sobrevivir.

 

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Hortensia Pérez Machado

Hortensia Perez Machado es Arquitecta, Licenciada en Arte, mención Cine, que es una de sus pasiones. Es profesora en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, y está encargada de su maravillosa biblioteca en ese patrimonio de la humanidad.

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